Se acercó lentamente a mi y con miedo, comenzó a besarme. Sentimientos inexplicables comenzaron a recorrerme todo el cuerpo junto a un escalofrío. Aquel enero fue muy frío y mi chaqueta de cuero no era suficiente, no paraba de tiritar, pero, nada me importaba aquella tarde. Mientras estuviera junto a el, compartiendo esos besos tan intensos, esas caricias tan especiales y esos susurros que me ponían los bellos de punta. Todo fue perfecto.
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